Educación sexual y espiritualidad

Tengo amigos, familiares y conocidos conservadores, tengo amigos, familiares y conocidos que son muy religiosos.

En los últimos días he sido muy claro en mi postura: yo respaldo plenamente la necesidad que el conjunto del sistema educativo desarrolle mecanismos para tratar con las personas cuyas las identidades de género y en las preferencias sexuales no encajan en el modelo mayoritario, porque claro que tengo claro que quienes sentimos y pensamos así somos una minoría. Tengo claro que mis posturas sobre el tema no tiene porque gustar a esos amigos, familiares y conocidos conservadores y religiosos.

Pero no por «quedar bien» las omitiré. Cuento con que estas personas son lo suficientemente inteligentes para entender que no es asunto personal. Y quiero dejarles dos ideas para que piensen:

  • Uno, lo primero que necesitan las personas diversas es una familia, que los ame, los entienda, los apoye, y por personas diversas no sólo me refiero a quienes no cumplen los cánones de sexualidad e identidad supuestos para la mayoría, sino también a las muchas diversidades de los cuerpos y las mentes.
  • Dos, creo que la fe, la fe en si mismos y la confianza en que dentro de uno está lo sagrado es muy importante para las personas, no importa cómo lo llamen, pero es la única forma de hacer que la vida de uno sea algo más que su sexualidad o su género, que su cuerpo o su condición social y buscar ser pleno y sagrado.
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