La coca, la cocaina y el mercado

Es reconfortante ver que un medio tan «del sistema» como puede ser la BBC de Londres puede llegar a presentar, por lo menos en su web, una opinión sensata sobre el tema de lo que en Colombia se ha dado en llamar los cultivos de uso ilícito. Como lo hace el Columnista Miguel Medina en su artículo titulado La coca no es cocaina de pasado 22 de diciembre.

La coca, planta sagrada de los Andes y la Amazonía, que ha sido tan estigmatizada por la producción de la cocaina que se hace con ella que para muchas personas las son lo mismo y cualquier concesión en su cultivo se considera como un grave pecado, en especial si es visto desde la perspectiva del gobierno estadounidense y de sus más enconados vasallos como quienes gobiernan a Colombia.

Porque para el fundamentalismo cristiano de Bush o de Uribe, quienes sabemos que la coca es una planta sagrada somos tan pecadores como quienes adoran a Alá.

La coca se mambea, es decir se consume (en diversas formas de preparación) como forma de comunicarse con las fuerzas más profundas de la naturaleza, el mambeo es al conocimiento indígena de Suramérica lo que la yoga es al conocimiento del sur Asia. Lo que he sabido es que el saber de la coca es un saber de mujer, por eso mismo las mujeres no suelen usarla. Es el saber que complementa al hombre (que como todos saben es más incompleto que la mujer).

En la Sierra Nevada de Santa Marta se prepara en hallo, hojas tostadas que se guardan en las mochilas de los koguis, arhuacos, wiwas y kankuamos, los hermanos mayores que en el mambeo logran la comunicación con el saber más allá de esta dimensión.

Los uitotos, por su parte, han enseñado a su gente en el sur de Colombia en la Amazonía a preparar la coca en mambe, un fino polvo verde que se consume junto con el ambil del tabaco para mantener el orden del mundo. Esta práctica es común por lo menos en la zona occidental de la cuenca amazónica. En diversas zonas de Ecuador, Perú Bolivia, el norte de Chile y de Argentina existen prácticas ancestrales análogas.

La cocaina, es uno de los diez principios activos de la Erythroxylum coca (nombre científico de la coca y se sintetiza a partir de hojas de este arbusto tropical que hasta hace pocas décadas se usaba como cerca viva. Se aisló por primera vez a mediados del siglo XIX y para comienzos del XX era un ingrediente muy popular en muchos remedios muy vendidos incluyendo la Coca-Cola a la cual dio la mitad de su nombre.

La cocaina es una droga muy popular entre los europeos y los gringos que son los principales compradores de la sustancia y por tanto quienes más contribuyen a su cultivo, producción y comercialización. Es una droga muy valorada socialmente, muchos lugares en esos países poseen dispositivos diseñados para facilitar su consumo. Aspirar cocaina es una forma para mantener la lucidez cuando se consume alcohol, aumenta la locuacidad, la autoestima y la confianza, aunque también la irritabilidad.

Hace unos años el abuelo Oscar uitoto me explicó la diferencia con una metáfora. «La coca», decía «es como una bella mujer que lo guía a uno en el mundo del conocimiento. Por otra parte describió a la cocaina como un perro con los genitales de fuego».

Evo Morales en Bolivia ha autorizado la siembra de 20.000 hectáreas de coca, el embajador gringo clama al cielo por un estudio serio (apuesto que su país está dispuesto a hacerlo) que demuestre que eso no se debe hacer. el mismo Alan García de Perú está sugiriendo se le abran mercados a los usos legales de la coca, que van desde tés hasta cremas de dientes, además por todos los usos tradicionales como mecanismo de comunicación con lo sagrado hasta paliativo para el hambre y la sed o planta medicinal.

En Colombia, con su gobierno arrodillado a los designios de los gringos se ha preferido mantener la guerra a los cultivos de coca por encima de cualquier otra opción. Y en esa guerra no importa agredir a los vecinos como está pasando en estos momentos con el Ecuador.

Una guerra que en realidad nadie esta interesado en ganar, esa falsa guerra al narcotráfico mantiene los altos réditos del negocio, el poder de las mafias y da combustible a la verdadera guerra en Colombia. Porque es innegable que todos los actores del conflicto desde los altos gobernantes, los hacendados, los paramilitares es decir todos los actores beligerantes del establishment, hasta las guerrillas que se le oponen, todos se están beneficiando del negocio.

La prohibición del alcohol en los años 20 demostró con claridad como esto generaba una mafia, muchos años después los hijos de los mafiosos que se enriquecieron en la prohibición llegaron a la Casa Blanca y nada pasó. La prohibición es solo un obstáculo, una externalidad a este negocio, el mayor riesgo lo hace más rentable y lo libra de pagar impuestos.

Decenas de millones de personas en todo el mundo consumen cocaina, otros cuantos consumen muchos otros productos de la hoja de coca, desde el mambe hasta las cremas de dientes. Solo la legalización podrá eliminar el problema de fondo que es el narcotráfico y dar a los agricultores de los países andino-amazónicos una oportunidad para tener un cultivo que les genere beneficios reales.

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