Manifiesto de Iniciativa Ambiental para un buen gobierno

Aunque hace tiempos no participo en casi ninguna actividad del movimiento ambientalista en Colombia, sigo siendo un militante visceral de esta propuesta.

No contribuí con una sola coma a este manifiesto, pero me siento muy identificado con la propuesta y espero unirme a la Iniciativa Ambiental esperando que la publicación de este primer borrador del Manifiesto sea entendida como muestra de mi interés por aportar y por invitar a otras personas a la discusión.

Germán Bustos

Este Manifiesto de Iniciativa Ambiental es una invitación a la acción política que no se somete a las reglas de profetas, ni de ciencia alguna en particular, sino que se guía por una perspectiva compleja y holística, respetuosa del conocimiento científico y los saberes populares y ancestrales. En Iniciativa Ambiental estamos poniendo nuestra experiencia, nuestras fuerzas, nuestros saberes y conocimientos para la defensa de la vida y la construcción de la paz.

Le estamos poniendo la cara a los problemas ambientales.

Iniciativa Ambiental es una iniciativa política de ambientalistas dispuestos a ponerle la cara a los problemas ambientales que vive nuestro país y el mundo. Somos todos los rostros, todas las manos y todas las voces de ambientalistas que articulados en esta propuesta, nos disponemos a aportar en la construcción de sociedades sustentables, a aportar a procesos políticos que en Colombia construyan la democracia desde las raíces y defienden el principio de la soberanía en manos de la gente común.

En Iniciativa Ambiental estamos dispuestos a enlazar nuestras luchas por la defensa de la vida en el planeta. Por eso decimos que en el proceso de articulación de las fuerzas de izquierda y democráticas en Colombia nosotros no queremos que nos cuenten sino que queremos que cuenten con nosotros.

Iniciativa ambiental representa la subversión de la alegría

Iniciativa Ambiental es para nosotros también un acto poético fundamentado en el enamoramiento con la justicia ambiental, con la equidad y con el respeto por la vida humana y de todos los seres. En este proceso hablaremos de la paz que es la promesa del vivir poéticamente. Vivir poéticamente es como vivir en permanente estado de enamoramiento, que no quiere decir sin sufrimiento y quiere decir con alegría. Iniciativa ambiental es una iniciativa vivencial, una experiencia, un acto de aprendizaje sencillo y esencial, es una invitación a aprender a construir conjuntamente un presente y un futuro de paz.

Iniciativa Ambiental es una invitación a vivir poéticamente, con la austeridad necesaria para no poner en riesgo la sustentabilidad de la sociedad en los ecosistemas, para no hender aún más las heridas de la tierra. Es una propuesta para no negar a nuestros descendientes la posibilidad de disfrutar de una herencia ambiental mejor que la que nosotros recibimos de nuestros padres y ancestros.

Cuidar para sobrevivir y no acumular para cuidar

Desde Iniciativa Ambiental abogamos por un aprovechamiento solidario del patrimonio ecológico, por la autogestión, por las formas locales de comercio, por las formas descentralizadas de gobierno, por la autosuficiencia, la autonomía y la soberanía alimentaría, energética y ecológica, para superar las situaciones de subconsumo y el déficit de bienestar de nuestros pueblos.

Los ambientalistas no pretendemos acumular para tener que cuidar lo acumulado, sino cuidar para poder sobrevivir. Por ello nos oponemos a que las relaciones económicas internacionales continúen basadas en el intercambio económico y ecológico desigual y buscamos relaciones solidarias y justas entre los pueblos, las naciones y los Estados.

Iniciativa Ambiental no renuncia a denunciar a ricos y poderosos que usan desproporcionadamente la naturaleza y abusan del trabajo de los demás. Si bien la ecoeficiencia es una posibilidad que no desdeñamos no la confundimos con el ecocapitalismo, donde las fuerzas de la naturaleza y de la sociedad sirven a la explotación y a la acumulación de riqueza y bienestar para unos pocos, mientras se arroja a las grandes mayorías a la miseria. La producción debe entonces contribuir a establecer unas relaciones sociales y ecológicas para la conservación de la vida y para la justicia ambiental. La producción debe orientarse a satisfacer las necesidades esenciales de manera respetuosa y con precaución para no abusar de la oferta natural y no invadir el universo con nuestros detritos.

La invitación que hacemos desde Iniciativa Ambiental no hace elogio alguno al dinero, ni exclama veleidades a favor de las tarjetas de crédito, ni muestra gozo por el despilfarro de la naturaleza, ni adula el crimen ni la fuerza de las armas, ni habla sin respeto de la guerra. En cambio, sí pretende que en la construcción de esta fuerza política, que es un proceso, todos hablemos del pan sobre la mesa, de las delicias y placidez de andar bajo la lluvia, de la justicia ambiental y los riesgos que hay que correr por amor.

Pensamos y actuamos globalmente y localmente.

Sabemos que el tiempo del reloj y la productividad, así como el afán efímero de la publicidad, generan un frenetismo social y económico depredador y patológico. Paradójicamente cuando el mundo vive un crecimiento comunicativo este se hace un medio para concentrar los poderes en manos de quienes dominan las redes globales de información, bancarias, de negocios, y el tiempo real de las decisiones políticas. El poder se concentra en manos de los organismos burocráticos internacionales, de los monopolios trasnacionales y de fuerzas guerreristas. Son estas fuerzas las que impelen la erosión de los límites vitales, espaciales y territoriales por medio del aparato tecnológico-militar-comercial-comunicativo que engulle el horizonte. Por eso abogamos por redes internacionales de solidaridad, que permitan la construcción de horizontes globales comunes donde los seres humanos y no humanos tengamos dignidad y podamos ejercer nuestros derechos.

El espacio en el planeta tiende a ordenarse y a ocuparse según los criterios valorativos, las pautas culturales, los valores económicos y las herramientas institucionales de que están dotadas las sociedades. En Colombia la tierra apta para la agricultura está en manos de un pequeño número de propietarios nacionales y extranjeros, las ciudades crecen sin medida, las gentes sacrifican su comida por pagar los servicios públicos, los más pobres de las ciudades habitan los lugares más insalubres y con más altos riesgos, el desplazamiento de los lugares donde se espera que se concentre la inversión de capital se hace violento, la infraestructura se construye para servir a las elites que concentran el capital económico y cultural, la selva se destruye para plantar desiertos verdes, este ordenamiento impuesto a la fuerza se quiere legitimar jurídicamente.
Iniciativa Ambiental se propone un ordenamiento del territorio para adecuarse a nuestra diversidad cultural y ecosistémica, un ordenamiento que reduzca los riesgos y las vulnerabilidades, un ordenamiento que haga una redistribución ecológica y económica para enfrentar la iniquidad que se impone.

Ordenar el territorio implica para nosotros superar la profunda escisión que hay entre el mundo físico, el mundo de la cultura y el mundo social. Por ello propugnamos por una articulación del ambientalismo nacional en torno a unas propuestas de política que pasa por el reconocimiento de nuestras raíces en dinámicas locales y lugareñas y articularnos a las iniciativas nacionales y globales con identidad propia, con voz propia, con rostro propio.

Diez mandamientos de justicia ambiental para un buen gobierno democrático.

  1. Buscar la integración regional y mundial, asumiendo con autodeterminación y soberanía los procesos de globalización, y enfrentando los mecanismos comerciales que como el ALCA, el TLC Andino y la OMC, trasladan los problemas ambientales y económicos a los países periféricos mientras buscan concentrar el bienestar y los beneficios en los países del Norte y en las élites minoritarias del Sur. Allí enfrentaremos la ofensiva antiecológica que se cierne en el plano mundial de parte de las instituciones internacionales, principalmente financieras y de las Corporaciones Trasnacionales, y que se expresan a nivel regional en iniciativas como IIRSA, y a nivel nacional en iniciativas como la del Segundo Centenario.
  2. Defender el patrimonio ambiental y enfrentar la privatización de los bienes comunes (agua, energía, paisajes, cultura, etc.) y la mercantilización de la naturaleza, de nuestros genes, de la biodiversidad, del aire, de la vida.
  3. Construir una mejor salud ambiental y pública.
  4. Construir una diplomacia internacional que represente dignamente la soberanía del pueblo y la nación colombiana. Crear para ello una nueva escuela de diplomacia y hacer control político y veeduría a los organismos multilaterales, las instituciones financieras multilaterales, los convenios y tratados internacionales y a las representaciones diplomáticas.
  5. Ordenar el territorio con criterios ecológicos y de equidad, garantizando la soberanía alimentaria, energética, ecológica, cultural y política. Ordenar el territorio a partir de Haciendo una reforma acuaria y agraria en el campo y las ciudades. En las ciudades nos proponemos garantizar una movilidad sana y preferentemente pública, justicia ambiental, manejo de los detritos, reciclaje y re-uso y una línea de dignidad para el consumo de servicios públicos y para un hábitat creativo.
  6. Fortalecer las resistencias para hacer una vida sostenible, para construir vivideros, donde se conserven las semillas, se cuiden los ríos, los humedales, y los páramos, donde se defienda el manglar, se cultive la biodiversidad, se siembre el agua, se comercie con justicia, se conserven, rediman y reconstruyan las culturas.
  7. Gobernar contra la discriminación ecológica, sexual, social y racial.
  8. Enfrentar el patriarcalismo en todas sus expresiones políticas, sociales, culturales económicas y simbólicas.
  9. Fortalecer de nuestra identidad cultural, fomentando la creatividad artística, invirtiendo en el desarrollo de la investigación un equivalente del PIB de defensa nacional y emprendiendo una campaña nacional de alfabetización ambiental.
  10. Le podremos la cara al país, también con candidaturas a los gobiernos locales, los consejos municipales y, quizá, una candidatura simbólica al congreso nacional, que la entenderemos no como una iniciativa para que haya una persona que lleve la voz, sino como una iniciativa para que surjan las voces de todos los y las ambientalistas.
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