Un hombre, cincuentón y con cara de amargado, recibe una llamada en la que le informan que una mujer que conoció ha muerto en Inglaterra. Él dice que no puede viajar, la voz al otro lado del teléfono le indica que no tiene que hacerlo y ofrece un kit con una tecnología que le permitirá hacer su aporte a los recuerdos de la difunta en el funeral. Poco después un dron deja un paquete en su puerta.
Dentro del paquete hay un botón sencillo que se pone en la sien y establece una conexión neural. A través de ella, una mujer lo guía para que se vaya adentrando en los recuerdos que tiene de la persona fallecida. El sistema genera reconstrucciones virtuales en 3D de sus fotos que puede recorrer acompañado de su guía.
Sin embargo, Phillip tiene un problema, no tiene fotos de Carol. Bueno, la verdad es que tiene muchas, también postales, incluso tiene más cosas de ella de las que está dispuesto a aceptar, pero ninguna parece servir para generar un recuerdo apropiado a la situación. Tuvieron una historia y terminó muy mal.
Casi terminando el episodio y con lágrimas en los ojos, me di cuenta de que en la pantalla prácticamente no pasa nada, todo el drama se basa en el diálogo entre Phillip y su guía, que por ratos parece más un monólogo del hombre. Lo demás, incluso los otros actores, es sólo escenografía.
Con un guion bien construido y con una magistral muestra actuación, el actor Paul Giamatti recorre la historia del amor frustrado entre Carol y Phillip. Partiendo de las fotos en las que hace muchos años destruyó el rostro de ella sistemáticamente. Asombra la sencillez técnica con la que el episodio muestra la potente tecnología que nos aterra en este historia, pero lo que conectan son la rabia, los celos, la nostalgia y hasta la reconciliación.
Las tecnologías que se muestran en esta temporada se sienten muy cercanas, son dispositivos que ya se están perfeccionando y de los que se habla en los medios de tecnología. Destacan las conexiones neuronales que son apenas un pequeño parche que conectado a la piel de la sien, permiten generar avatares virtuales que interactúan con otras personas y avatares tanto en el mundo real como en diversas capas de realidades paralelas o aumentadas, generadas por inteligencias artificiales que usan enormes capacidades de cómputo. ¿Qué podría salir mal? Es Black Mirror.
Consultor en comunicación digital para la sostenibilidad, la equidad y la inclusión. Escritor, comunicador y educador. Con más de 27 años de experiencia realizando procesos de educación y comunicación estratégica y digital con comunidades, ONG y pequeñas empresas.