Estoy tan sorprendida como los muchos amigos y amigas que me han escrito luego de que conocieron la “brillante idea” que se le ocurrió al gobierno nacional y a los congresistas uribistas al cambiar el texto del Referendo del agua entregado al Congreso meses atrás, así como de los otros que actualmente también cursan el mismo trámite.
No dejo de pensar en lo que se estarán preguntando los dos millones de colombianas y colombianos que apoyaron el referendo del agua, que han creído que a través de un mecanismo de participación como el Referendo podrían proteger el agua de los grandes intereses corporativos que pretenden privatizarla. Qué dirán los miles de voluntarios y voluntarias que trabajaron para recolectar y sistematizar firmas y que estuvieron en carpas, a la interperie, en los parques, en las plazas, frente a las iglesias, buscando conseguir el respaldo ciudadano para garantizar que el agua no terminé siendo un privilegio de unos pocos sino un derecho fundamental. Qué sentirán los cientos de grupos ambientalistas, de mujeres, de indígenas, de campesinos, de pobladores urbanos, de usuarios de los servicios públicos, de trabajadores que sumaron uno y otro esfuerzo para asegurar que el Referendo triunfara y así priorizar el agua para la vida y no para los negocios.
El nuevo texto aprobado el 22 de abril de 2009 por la Comisión I de la Cámara contiene modificaciones sustanciales y desvirtuan lo que las y los colombianos firmamos. Me pregunto una y otras vez, en qué podremos creer en esta macondiana Colombia. Este país en el que “una vez hecha la ley hecha la trampa”. Esta es otra de las tantas estafas que pretenden hacernos los Padres de la Patria.
Lo más triste de este frustante acontecimiento es que es un ataque a uno de los procesos pedagógicos y populares más interesantes, democráticos y transparentes que se han dado en el país en los últimos años. En el Referendo del Agua se han logrado potenciar en todo el país y en el exterior grupos, equipos, comités de respaldo a la iniciativa. Todas y todos estabamos ya listos para continuar con nuestra campaña, fortaleciendo nuestro movimiento.
El propósito de la Comisión Primera de Cámara es interponerse como un dique que se construye sobre un río. Este gran muro lo que pretende es desviar nuestro cauce, quiere destruir nuestra dinámica social, nuestra riqueza que esta en nuestra creatividad, nuestra unidad, nuestra fuerza. Pero, no… eso es lo que ellos creen. Ahora más que nunca, requerimos fortalecer nuestro movimiento, no podemos permitir que ninguna muralla, por grande que sea, pueda frenar este torrente natural que corre ya sin freno. Lo que esta en juego es mucho, es contener los intereses que pretenden privatizar la vida, lo que esta en cuestión es nuestro futuro y el de nuestros hijos e hijas. Que no crea la maquinaria uribista que será tan fácil dispersarnos y confundirnos. No señores, tampoco crean que a través de nuestros esfuerzos van a conseguir los votos que Don Uribe necesita para ser reelegido. Escogieron mal su táctica. Con todo fuerza gritaremos “este no es nuestro referendo”… no lo votaremos así, no lo permitiremos.
Qué podemos hacer es la pregunta a responder. Primero hay que mantener viva la Campaña, fuerte el movimiento, hay que dinamizar la denuncia, la difusión, la crítica. Hay que inundar de cartas, de correos, de denuncias al Congreso, a la presidencia, a la registraduría. Hay que reactivar y fortalecer nuestros comités, juntas, asociaciones, hay que trabajar junto a los maestros y las maestras que en las escuelas y las universidades consiguiendo apoyos, hay que ir al Congreso y llenar las tribunas cada vez que se pretenda hablar sobre el Referendo, hay que volver a tener las carpas en el septimazo de Bogotá, en el parque Berrio de Medellín, en la Calle 36 de Bucaramanga, frente a las universidades, en las ciclovías, en los parques, frente a las iglesias, hay que reactivar los grupos de trabajo en el exterior, hay que continuar navegando por los ríos con los grupos organizados, hay que conversar con el párroco que nos acompaño a buscar apoyos, hay que seguir en la vereda, en el resguardo, en el barrio, hay que invitar a todos nuestros amigos y amigas artistas para que volvamos a hacer Rock al Agua, hay que poner a sonar la música del CD del Referendo en las calles, en el bazar del barrio, en la fiesta del vecino.
Hay que poner a rodar la voz de que este gobierno y este congreso nos quiere cambiar nuestro Referendo. En conclusión tenemos que hacer de nuestro dinámica como es el río: transparente y en movimiento.
Y no olvidemos que el nuevo texto introdujo las siguiente modificaciones:
- Han eliminado la consagración del derecho fundamental al agua potable.
- Han eliminado el reconocimiento del agua como bien común y público.
- Han eliminado el uso prioritario de los ecosistemas esenciales al ciclo del agua para este fin.
- Han eliminado la prohibición de privatizar la gestión del agua y del servicio de acueducto y alcantarillado, sin ánimo de lucro.
- Introdujeron un «mico» colosal: volver constitucional que «las aguas que nacen y mueren en la misma heredad», son privadas, imponiendo así una excepción al principio de que todas las aguas son bienes de uso público. De esta manera se entregará el agua a los nuevos propietarios privados e ilegítimos de los grandes latifundios producto del despojo a más de cuatro millones de campesinos.
- En contraste con lo anterior, eliminaron que las aguas que discurren por los territorios étnicos son parte integrante de los mismos.
Han ajustado la propuesta del mínimo vital gratuito universal de modo demagógico, para predicarlo falsamente como orientado sólo a los pobres, pero dentro del marco legal actual de la prestación privada de los servicios públicos.
En conclusión, ese no es nuestro referendo sino un adefesio.