En diálogo con RCN Televisión, el concejal de Bogotá Juan Carlos Flórez hace un análisis del tema del embarazo adolescente en la ciudad, aunque tiene muchas cosas interesantes, el sesgo de la nota es muy claro, más abajo algunos criterios para ampliar el análisis.
Flórez habló esta mañana en el noticiero de RCN. Ver nota.
Y estos son mis comentarios, originalmente publicados en Facebook:
Tengo una hija y aunque ya tiene 21 años no tengo ningún interés en que se embarace, creo que ella tampoco. Hasta ahora vamos lográndolo. Sin embargo no creo que el no embarazarse sea la garantía para que sea presentadora de televisión, ni que el hacerlo la obligue a volverse prostituta.
El análisis desde la perspectiva de los agregados, las estadísticas sin rostro puede ser muy interesante, pero puede llevar a esas simplificaciones en las propuestas. Yo no soy experto en los números, pero estoy seguro que hace 50 años el problema era mucho más grave. Eso es lo primero que tenemos que tener en cuenta, el problema es que no estamos alcanzando unas tasas de embarazo adolescente que se consideran desarrolladas, no que apareció un fenómeno nuevo.
Lo segundo sería ver el fenómeno desde una perspectiva más amplia, acá lo muestran como un asunto de las mujeres y adolescentes pobres, en los colegios de gama alta también las adolescentes quedan en embarazo. Porque la sexualidad no llega con la cédula, niños, niñas y adolescentes tienen deseo sexual activo y eso hay que reconocerlo. Como hay que reconocer que las chicas quieren quedar embarazadas, he hablado con algunas de ellas y eso es un asunto clave, tenemos que oírlas.
Los políticamente correctos solemos creer que embarazarse y ser madre es «no hacer nada interesante en la vida», pero algunas chicas me han dicho que embarazarse es precisamente la forma de ser alguien en la vida, la madre de alguien que le querrá, una persona que se vuelve adulta (así su cédula tarde años), porque ya tiene responsabilidades, es la madre del hijo de alguien (algunas aún creen que es la forma de «retener a un man»).
Ah! y que no se nos olvide que para los «manes» embarazar a alguien es una de las formas de «chicanear» con su virilidad y para ello cuentan con el beneplácito social y la incompetencia institucional para no tener que responder. No nos olvidemos que las mujeres no quedan en embarazo ellas solas, se necesita un hombre.
En una sociedad que hipersexualiza la vida cotidiana, en una escuela donde desde los cuadernos hasta la música de las fiestas está hablando de sexo todo el tiempo, culpabilizamos a las chicas por embarazarse, si lo hacen son unas perras, pero si decidiesen interrumpir el embarazo son unas asesinas. Mientras tanto el concejal les dice que por eso nunca llegarán a ser presentadoras de televisión…. ja! como si ellas no lo supieran.
Y finalmente suscribo el comentario de mi amigo Raúl: los medios tienen un papel tan importante en la formación de la sexualidad en los jóvenes como la escuela, pero ahora que se ven los problemas, RCN que ha sido líder en sexualizar la vida cotidiana viene ahora a quejarse del problema.