En principio me parece muy pila la propuesta de Petro de fusionar las empresas de servicios públicos de la ciudad en una sola de manera que los costos de los servicios sean menores. Lo que me parece jodido es el interés de la bolsa y quienes la manejan en casi criminalizar la propuesta. Me parece que estamos ante un claro ejemplo de cómo el capital intenta retener sus privilegios aun por encima de los intereses de la ciudad.
No voté por Petro, de hecho no voté en las últimas elecciones. Tal vez hubiera votado por él, pero no estaba muy confiado, me parece un poco arrogante y ha hecho algunas cosas que no me gustan como votar por Ordoñez para procurador y varias cosas más. Hace poco leí a un analista que decía que Petro es un ejemplo puro del pensamiento práctico y que eso no le gusta a la gente de izquierda, apegada a los dogmas de su credo. Aunque no soy un fanático de la real politik, tampoco desconozco la necesidad de acuerdos y concertaciones en la vida política.
La propuesta de Petro sobre las empresas de servicios públicos me sorprendió pero de lo poco que he visto me parece muy racional. Viable, de hecho las Empresas Públicas de Medellín funcionan con esa lógica y ha sido el modelo de la empresa pública que no solo no quiebra sino que es eficiente, rentable y buen negocio, para el gobierno y la ciudad. Para nada una propuesta socialista ni nada que se le parezca, un capitalismo con una clara y estratégica participación del estado.
Las repuestas de los grandes intereses del capital en el proceso sí me dejan preocupados. Por si acaso aclaro, que no estoy en contra de que la gente haga plata. Pero cuando parecen ser las acciones de la bolsa las que deben regir los destinos de la gente me parece que las cosas no están bien.
Como la mayor parte de las personas normales no, sé como se maneja la bolsa, no logro entender las formas de mover los mercados de inflar y reventar el valor. Pero sé que la bolsa que apareció como una forma de generar apoyo financiero al emprendimiento de la economía real se ha convertido en un juego de manipulaciones de información donde el dinero per se se ha convertido en la única meta para unos pocos que tienen poderes reales al interior de esas logias.
Puede que la propuesta del nuevo alcalde no sea técnicamente la más acertada, puede que haya muchos detalles para arreglar o puede que se necesite otra forma de mejorar el tema de los servicios públicos. Pero no podemos dejar que sea el chantaje de los financieros el que decida sobre estos temas que tienen que ver con la cotidianidad de nuestras vidas y nuestros bolsillos. Llama la atención que la propuesta no es nueva y no se la inventó para una entrevista esta semana. Está clarita en el Plan de Gobierno que propuso (ver).
Ya en Grecia, el primer ministro Papandreus, tuvo que dimitir por apenas insinuar que se podría consultar a la gente si estaba dispuesta a pagar el precio de la especulación financiera. De inmediato el chantaje de las bolsas acabó con su mandato.
Hay que aprender de Islandia (un país del que lo último que se puede decir es socialista) donde ante la crisis financiera encarcelaron a políticos y banqueros y saneraron de verdad las finanzas.
NOTA: De otro lado no me gustó el anuncio del nuevo alcalde de subir el pasaje de Transmilenio, debería aplicar la misma política de fusión de empresas y lograr una reducción en las tarifas. Tampoco me gusta la posibilidad de desmontar el «pico y placa», sin embargo me parece buena la idea de los peajes urbanos, todo lo que desestimule el uso de automóviles privados es bueno para la ciudad.
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